lunes, 4 de abril de 2016

El Perro de la Cuadra

Perro comunitario o Perro de la Cuadra
Siempre los ha habido, los perros comunitarios. Primero en los pueblos, tiempos antes de que la palabra “callejero” se convirtiera en una palabrota, luego en las ciudades, donde se multiplicaron por el descuido del hombre, que casi era imposible controlarlos, y se volvieron invisibles, un dolor de cabeza para la sociedad. 
En muchos pueblos, como en Tabio, todavía reina un espíritu diferente. El perro de la cuadra es fácil de identificar: esta bien alimentado, vacunado contra la rabia y en la mayoría de los casos esterilizado, es supremamente sociable, tiene nombre y toda la vecindad lo quiere. Lo encuentras al pie de las panaderías, carnicerías o en los parques, tomando el sol y se gana sus bocados extra, moviendo la cola. Piolín, Petunia o Pimienta saben muy bien, donde les espera su desayuno, la sopita del medio día, las onces que comparten los estudiantes y donde reparten concentrado. En eventos públicos están en primera fila, entran a la iglesia o encabezan un desfile. 
No desconocemos la problemática de los muchos perros sin hogar, a los que no les cuida nadie. Son ellos nuestra razón de existir, para curar sus heridas, apaciguar el hambre, esterilizar y buscarles un hogar. Esto es simplemente un homenaje al Perro de la Cuadra, un agradecimiento a los vecinos que le abren sus corazones, a la comunidad, que lo adoptó. 
La comunidad de Laguito, Argentina, tiene en un parque el monumento de Rosario, perra comunitaria nunca olvidada.


No hay comentarios.:

Kitty Cat 18